jueves, 6 de mayo de 2010

La calle




Cruzo la calle. No hay nadie. Ha llovido y el agua se cuela por todos los agujeros que puede.
Oigo ruidos que no soy capaz de distinguir.
La calle es ancha, parece larguísima, como si no quisiese acabarse nunca. Todo está mojado. A los lados, en la cuneta, se acumulan los charcos...

No sé que me pasa, no sé que siento. Lo único que puedo decir es que me embarga una sensación de soledad nostálgica que crece con el sonido de la lluvia.

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