
Goethe Haus [foto]
De vuelta de una semana difícilmente descriptible e imposible de resumir en unas líneas. Hemos disfrutado lo máximo que hemos podido nuestra visita a tierras alemanas y húngaras, exprimiendo hasta el último extertor nuestro viaje. Lástima que las cosas buenas se acaben tan rápido, lo bueno siempre es breve, o eso dicen.
Primera parada, Frankfurt. Lugar de juguete, mezcla extraña entre lo viejo y lo nuevo. El Meno parte la ciudad en dos. Me quedo con la Römerplatz y con la casa de Goethe. Aunque subir a un rascacielos de 55pisos y observar toda la ciudad, con un frío y un viento de morirse, no tiene desperdicio ninguno. Que se lo digan a mis orejeras que me salvaron la vida.
Mañana, Heidelberg.
Primera parada, Frankfurt. Lugar de juguete, mezcla extraña entre lo viejo y lo nuevo. El Meno parte la ciudad en dos. Me quedo con la Römerplatz y con la casa de Goethe. Aunque subir a un rascacielos de 55pisos y observar toda la ciudad, con un frío y un viento de morirse, no tiene desperdicio ninguno. Que se lo digan a mis orejeras que me salvaron la vida.
Mañana, Heidelberg.
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