
Cerramos un ciclo...
Muros (foto)
Nadie habrá dejado de observar que con frecuencia el suelo se pliega de manera tal que una parte sube en ángulo recto con el plano del suelo, y luego la parte siguiente se coloca paralela a este plano, para dar paso a una nueva perpendicular, conducta que se repite en espiral o en línea quebrada hasta alturas sumamente variables. Agachándose y poniendo la mano izquierda en una de las partes verticales, y la derecha en la horizontal correspondiente, se está en posesión momentánea de un peldaño o escalón. Cada uno de estos peldaños, formados como se ve por dos elementos, se sitúa un tanto más arriba y adelante que el anterior, principio que da sentido a la escalera, ya que cualquiera otra combinación producirá formas quizá más bellas o pintorescas, pero incapaces de trasladar de una planta baja a un primer piso.
Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas. La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo, la cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente. Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo situada a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo excepciones cabe exactamente en el escalón. Puesta en el primer peldaño dicha parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la parte equivalente de la izquierda (también llamada pie, pero que no ha de confundirse con el pie antes citado), y llevándola a la altura del pie, se le hace seguir hasta colocarla en el segundo peldaño, con lo cual en éste descansará el pie, y en el primero descansará el pie. (Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hasta adquirir la coordinación necesaria. La coincidencia de nombre entre el pie y el pie hace difícil la explicación. Cuídese especialmente de no levantar al mismo tiempo el pie y el pie).
Llegado en esta forma al segundo peldaño, basta repetir alternadamente los movimientos hasta encontrarse con el final de la escalera. Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso.
Instrucciones para subir una escalera, Julio Cortázar
...el cuento del volcán viti ("boca del infierno" para los vikingos)...
...abrió su boca, despacio. Casi sin poder apreciarse, separó sus labios tiernos y dulces…lentamente…muy lentamente…Su aliento, como un susurro aniquilador, salió por la pequeña abertura formada entre sus suaves labios, poniendo de punta toda la piel que encontraba en su camino…Nunca antes entonces había sucedido tal cosa, nunca nadie había tenido el poder de estremecer un cuerpo con el frío aire de sus entrañas. Eran unos labios llenos de sueños, era una boca llena de fuerza que quemaba y congelaba al mismo tiempo...
...cerró su boca, despacio. Casi sin poder apreciarse, sus labios se tocaron, su soplo cesó pero la piel ya se había estremecido…ya era demasiado tarde…aquel cuerpo había sido invadido por el frío de un soplo eterno...
cerradura [foto]
A veces me gustaría cambiar las cosas, estar en otro lugar, en otro momento, volar al futuro o regresar al pasado, buscar salidas, abrir puertas, saltar a otro universo o a otra dimensión, lejos de esta impotencia que me supera y me hace débil…me gustaría tener la llave secreta, la llave que abre los deseos más profundos provocando que se vuelvan realidad… ¿existirá?.. no voy a parar hasta encontrarla, mientras tanto, saltaré puertas, derrumbaré puertas, atravesaré puertas, si hace falta, sangrarán mis uñas rascando puertas…nunca la rendición dentro de mis planes…
Hay días en los que te levantas con un sentimiento de melancolía expandido desde tu corazón hasta el estómago…la melancolía no es tristeza, es un sentimiento diferente, un sentimiento que corre valiéndose de tus fluidos internos y moja cada poro de tu piel…busco una llave mágica…seguiré buscando…segundo a segundo…en cada sitio y lugar al que mire…¿me ayudas?